Eterna mutante
Soy nube, nieve, glaciar y gota,
manantial, arroyo, laguna, cascada,
aguadita clara, torrentoso rio,
dique, zanjón, hijuela, acequia,
soy surco al final. Navegante
indómita, floto sobre el mundo,
me atrapa un paisaje. Por estos
lugares, yo nieve,
ave de cristal,
yo aguanieve, al
Zonda le pido
que me nombre.
Y en las altas
cumbres, piedra
adormecida,
mangrullo blanco
desciendo,
manto desgajado.
Entonces me embriago
y
engalano cerros,
los cubro, soy piel.
Con blandas
caricias envuelvo
montañas,
oculto senderos, los
lleno de luz.
Después, con el
tiempo, y en
abrazo ardiente con
el sol,
soy agua, agua
peregrina,
inquieta, eterna
mutante.
Tramonto el desierto
y me
perfumo toda
con la sombra de oro
del rudo
chañar.
Me canso y descanso,
un lecho de
piedra
me invita a soñar,
soy pájaro, niño,
cerro, luna, flor
soy agualaguna, la
Niña Encantada
Horcones, Diamante.
Voy cobrando
fuerzas, soy yo,
torrentoso rio,
si falto al
encuentro todo ha de
morir.
Hombre, por favor,
te ruego
¡déjame pasar!
Juego en las
compuertas, canto
en el zanjón,
la hijuela me guía,
y en el surco
abierto encuentro la
paz
Niní Fajardo Céspedes,
1997
Buenagdo
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